La única forma de alcanzar la paz, la armonía, y la unidad que debe existir en la iglesia, que es el cuerpo de Cristo, es siguiendo el ejemplo de Cristo. Cristo nunca buscó agradarse a sí mismo. Muchas veces, las diferencias en la iglesia, se deben a diferencias de opinión. Y en vez de ceder, nos aferramos a nuestras ideas y opiniones. Debemos aprender más de Cristo. Él es manso y humilde de corazón. Él siempre buscó fortalecer y edificar a otros. Si pudiéramos poner a otros antes que a nuestras preferencias, la iglesia y el mundo sería un lugar mucho mejor.
Que el Señor te bendiga.