Lo peor que nos puede pasar en la vida espiritual, es el volvernos soberbios y orgullosos “espirituales”. El evangelio nos hace ver que todos somos pecadores; nuestras buenas acciones no tienen valor para con Dios. Somos aceptados por Dios por gracia; sin ningún mérito de nuestra parte. La salvación es un regalo, que todos necesitamos. Nadie puede ganarse el cielo por sus buenas acciones. Cristo Jesús es el que ganó el cielo para ti. Él vivió la vida que tú debería haber vivido; y el murió la muerte que tú deberías recibir. Y así es como Él te compró con su sangre, y te ganó un lugar en el cielo. Sin Él, es imposible alcanzar la salvación.
Si tú no naciste siendo judío, no te preocupes. Si tienes fe, como la tuvo Abraham, también eres su hijo, y por lo tanto eres parte de la nación escogida por Dios. La salvación no es por obras; para que nadie se gloríe. Es por gracia. Es por Fe. Que el Señor te bendiga.