Este salmo nos invita a adorar a Dios con gozo, con alegría. Nos invita a agradecerle a Dios por todo lo bueno que Él ha hecho en nuestra vida. Nos invita a entrar por sus puertas. Nos invita a entrar a sus atrios. Nos invita a estar en su presencia. Es cierto que puedes buscar al Señor en cualquier parte. Pero cuando lo buscas en la iglesia, es mucho mejor. Ahí puedes, junto a otros hermanos, alabar y agradecer con alegría.
No olvides esta idea central: Él nos creó; y no nosotros a nosotros mismos. Todo lo que eres. Todo lo que tienes, se lo debes a Dios. Reconócelo. Alábalo. Adóralo solamente a Él. Que el Señor te bendiga.