La Historia del Éxodo, es decir, de la salida del pueblo de Israel de Egipto, nos tiene que dejar una enseñanza muy clara en nuestra mente: Dios hará todo lo necesario para salvar a sus hijos. La salvación proviene de Dios. Él es el que abre el Mar Rojo. Él es el que hace retroceder el río Jordán. Él es el que hace temblar los montes y las montañas. Y Él es el que hace brotar un manantial de la Roca. Cristo es la Roca: Él es el que nos guía. Él es el que puede saciar nuestra sed. Él es el que fue golpeado y maltratado para que con su sangre pudiéramos tú y yo ser redimidos. Solo en Cristo Jesús hay salvación. Recuerda esto: Dios hará todo con tal de salvarte. Pero Él no te va a obligar a salir de Egipto. Esa decisión la debes tomar tú. Tú debes salir de Egipto. Tú debes avanzar por Fe. Y Él Señor abrirá un camino para ti por en medio del desierto. Que el Señor te bendiga.