El salmo 119, es el salmo más largo de toda la Biblia. Tiene 176 versículos. Y es un poema acróstico. Tiene 22 estrofas, y cada estrofa tiene 8. Versos. Y cada estrofa comienza con una letra del abecedario Hebreo. El tema central de este salmo es la Ley de Dios. El anhelo del salmista es conocer cada vez más la voluntad de Dios y por supuesto, ponerla en práctica. Pero aunque este salmo habla muchísimo de la Ley de Dios, el autor no es una persona que se crea más santo o mejor que el resto. Él está consciente de su flaqueza. Sabe que no es perfecto. Y por eso le pide a Dios que no se de por vencido con él. ¿Te has sentido así alguna vez? ¿Te has sentido con ganas de darte por vencido y dejar los caminos de Dios? ¡No lo hagas! Pídele a Dios que te reviva con su Palabra. Pídele a Dios que te de más sabiduría. Que te aliente y te fortalezca. El salmista es consciente de su flaqueza, pero sabe que Dios es grande y fuerte, y que solo en Dios está su esperanza.
Dios, no me abandones. No te des por vencido conmigo. Ayúdame a obedecer tus mandamientos y a caminar siempre más cerca de ti. Amén. Que el Señor te bendiga.