La paz es un tema sensible y complicado en Israel. Esta es una tierra que ha visto guerra tras guerra, conflicto tras conflicto. Y pareciera que nunca va a haber paz. El deseo de David era que hubiera paz en Israel. Pero para que haya paz, primero debe haber comunión con Dios. Sin Dios es imposible tener paz. Por eso David comienza diciendo: “Me sentí muy feliz cuando me dijeron: Vamos al Templo del Señor”. Solo en la presencia de Dios, meditando en su Palabra, y conociendo su carácter es que podemos aprender a disfrutar de la paz. Te invito hoy a orar por la paz en Israel, y especialmente en Jerusalén. Que el Señor te bendiga.
