El Rey David vivió gran parte de su vida rodeado de grandes peligros. El Rey tenía enemigos en el campo de batalla. A ellos se los podía enfrentar sin ningún problema, ya que ellos atacaban de frente. Pero también habían otros enemigos que eran mucho más peligrosos, ya que atacaban desde la oscuridad y la sombra. Mediante mentiras y calumnias fijaban trampas en el camino para que el Rey cayese en ellas. Pero Dios liberó a David y le mostró su misericordia y su bondad. Te invito a leer este salmo y a meditar en sus promesas. Que el Señor te bendiga.