En este salmo, el Rey David le pide a Dios que le haga justicia, que lo salve de sus enemigos, y basa su petición en su vida intachable. Pero, ¿Era el rey David realmente intachable? ¡Todos sabemos que no! ¿Cómo puede entonces hablar de inocencia? Te invito a leer y a escuchar esta breve reflexión sobre el salmo de hoy. Que el Señor te bendiga.