Este es un salmo imprecatorio: es decir, invoca maldiciones sobre quienes están atacando o agrediendo al salmista. Aquí vemos a David clamar por justicia. Se siente cansado, abatido, al borde de la muerte, y entonces clama y pide que Dios le haga justicia. El salmo comienza en desánimo, pero termina en alegría y alabanzas. Cuando buscamos a Dios, siempre es así. Él renueva nuestras fuerzas y nos hace justicia. ¿Estas pasando por problemas? Clama a Dios. Confía en Él. Pon todas tus cargas en sus manos, y descansa en Él. Que el Señor te bendiga.