Ante un mundo cada vez más incierto y lleno de inseguridad, este salmo nos presenta lo único seguro, estable y permanente: Dios. Él es nuestro Refugio. Él es nuestra fortaleza. Y Él tiene una ciudad en los cielos, que será nuestro hogar eterno. ¿Qué debemos hacer? Confiar en Él. Aprender a estar tranquilos. Y reconocerlo como nuestro único y soberano Dios. Él reina. Él gobierna. Y yo debo someterme a su gobierno y voluntad. Mi sincero deseo es que tú puedas encontrar paz y seguridad solo en el Señor. Que Dios te bendiga.