Las oraciones de David son verdaderas poesías. En ellas, él expresaba su angustia, sus temores, su dolor, y su esperanza. Del salmo 55 aprendemos la importancia de ser constantes en la oración, y también aprendemos que debemos entregarle al Señor todas nuestras cargas. Todo aquello que nos abruma, que nos sobrepasa; todo aquello que nos preocupa y que nos angustia debemos entregárselo al Señor en oración. Debemos aprender a descansar en el Señor. Y eso se hace a través de la oración. Que el Señor te bendiga.