El contexto de este salmo, es cuando David, huyendo del Rey Saúl, quien quería matarlo, fue hasta Gat, donde los filisteos, para ver si podía refugiarse entre ellos. Al parecer el rey estaba dispuesto a recibirlo. Pero sus generales se opusieron, y le hablaron al rey de cómo la gente en Israel cantaba: “Saúl derribó a miles y David a sus diez miles”. Eso hizo que David se llenara de temor. Estaba rodeado de filisteos. Pero cuando el temor comenzó a invadir a David, él se refugió en la misericordia de Dios. Te invito a que leas este salmo, y medites en las promesas que Dios te hace. Mi favorita se encuentra en el versículo 9, donde David exclama: “¡DIOS ESTÁ DE MI LADO!”. El apóstol Pablo hizo eco de esta frase cuando escribió: “Si Dios está por nosotros, ¿Quién contra nosotros?” Si Dios está contigo, no hay nadie que pueda hacerte frente. Si Dios está contigo, no hay porqué temer. Que el Señor te bendiga.
