Este es un salmo con el cual me puedo identificar plenamente. El salmista habla del cuidado y la protección de Dios incluso desde el vientre de su madre. Toda la vida Dios ha sido su refugio y su fortaleza. Y ahora, ya viejo, canoso, y quizás cansado, y a pesar de que tiene enemigos y muchas dificultades, sabe que Dios no lo va a abandonar. Te invito a leer este salmo, para que descubras las promesas de Dios para tu vida, y cuál debe ser nuestra actitud cuando llegamos a la vejez. Que el Señor te bendiga.