Este salmo es una hermosa alabanza, de un rey David que al parecer ya está en su vejez. David reconoce que Dios siempre ha estado a su lado. Dios es quien cuidó de él, incluso desde el vientre de su madre. David mira hacia atrás, y se da cuenta de que Dios siempre ha estado con él. Dios nunca lo ha abandonado. Y eso le da la seguridad de que en el futuro, Dios seguiría estando ahí. Para David, Dios es su refugio, su roca, su fortaleza, su escondite; y estas palabras parecen ser una referencia a Masada, una gran roca en el desierto de Judea que se convierte en un refugio perfecto contra el enemigo. Aunque Masada es el refugio perfecto, en realidad Dios es el verdadero refugio de un creyente. David pide que Dios lo salve una vez más; porque él quiere seguir alabando a Dios, y contándole a las nuevas generaciones sobre el poderoso Dios de Israel. Que el Señor nos ayude a siempre ser conscientes de su amor y de sus cuidados, incluso cuando lleguemos a la vejez; y que sus alabanzas nunca falten en nuestras vidas. Que el Señor te bendiga.