Este es un consejo que a muchos les va a sonar como una locura. ¿Cómo esperan que me alegre cuando pase por diferentes pruebas? Santiago es muy claro al señalar que de Dios, el Padre de las luces, solo proceden bendiciones. El libro de Job nos muestra que las pruebas que a él le acontecieron no fueron obra de Dios; pero Él las permitió. Las pruebas tienen el propósito de fortalecer nuestra fe. Cuando lleguen las pruebas a tu vida, es cuando más tienes que aferrarte a Dios. Tienes que aferrarte a sus promesas. Tienes que confiar en su amor. Dios nunca te dejará ni te abandonará. ¿No sabes que hacer? Pídele a Dios sabiduría. Él te la dará con abundancia. Pero por favor, no dudes. Dios no puede bendecirte si estás dudando de Él. Las pruebas están ahí para limar las asperezas de nuestro carácter. Dios quiere que seamos creyentes dóciles, amables, y amorosos. Dios quiere que nuestra religión esté basada en el amor a Él, y en el amor al prójimo. Si estás pasando por una prueba, pregúntate: ¿Qué es lo que debe aún cambiar en mi carácter? ¿En qué debo trabajar en mi persona? Santiago sabe que cuando pecamos, esto se debe a que nuestras propias pasiones y malos deseos son los que nos arrastran. Pero él dice que debemos luchar contra esos malos deseos, antes de que den a luz el pecado, ya que el pecado, sin lugar a dudas, producirá la muerte. Pidamos sabiduría. Seamos cristianos firmes, que no vacilan ni dudan. Que el Señor nos ayude a vivir en victorias espirituales, para su honra y gloria. Que el Señor te bendiga.