El profeta Sofonías nos sigue describiendo el juicio final, el día de la ira de Dios. Pero el libro termina con un cuadro de la victoria final de los fieles. El propósito de Sofonías no es amedrentarnos y asustarnos con el tema del juicio, sino hacernos despertar y reaccionar ante la realidad del fin, y de los nuevos cielos y la nueva tierra. En este contexto, Sofonías nos dice que en ese entonces Dios mismo estará en medio de ellos. Pero además describe algo sorprendente: En ese momento, cuando Dios haya destruido el pecado y a los pecadores, y haya salvado a los humildes y a los sencillos, Dios se regocijará, y callará de amor. Es decir, tanta va a ser su emoción, que guardará silencio de tanta felicidad. Y luego cantará con alegría. ¿Te imaginas a Dios cantando de alegría? ¿De alegría por tu salvación? Eso es lo que va a pasar. Pero recuerda que primero tienes que arrepentirte. Primero tienes que humillarte y buscarlo de todo corazón. No dejes pasar más tiempo. Busca al Señor hoy. Que el Señor te bendiga.