En esta carta a Tito, Pablo reconoce que hubo un tiempo en el pasado donde su vida fue muy distinta a lo que era ahora. Estaba lejos de Dios y por lo tanto, estaba lleno de odio, de envidia y de maldad. Era un necio; rebelde y esclavo de sus pasiones. Pablo había sido un fariseo, es decir, se esforzaba por guardar la Ley al pie de la letra. Pero se puede ser religioso, tener un manto de “obediencia y justicia” pero en el fondo, en realidad se puede seguir estando dominado por las pasiones, la envidia y el odio. Mientras esas cosas dominen nuestra vida, entonces es por que no ha habido un nuevo nacimiento. Necesitamos un nuevo nacimiento. Necesitamos cambiar. ¿Cómo podemos hacerlo? Te invito a leer este capítulo de la Biblia, y deja que el Señor te hable a tu corazón. Después, escucha este audio, y medita en este mensaje. No olvides compartir la Palabra de Dios con tus amigos y seres queridos. Que el Señor te bendiga.
