La Biblia siempre se refiere a Dios como nuestro buen pastor. El pueblo de Israel se encontraba esparcido entre las naciones. Vagaban lejos de casa, como ovejas sin pastor. Aquí Dios les promete la lluvia tardía. Les insta a pedirla, para que puedan tener una buena cosecha. La lluvia tardía es un símbolo del Espíritu Santo. Solo con dirección del Espíritu Santo es que podemos estar listos para la cosecha final. Recuérdalo: Jesús, el buen pastor, su vida dio por nosotros. Y muy pronto regresará a buscar a los suyos. A los que tengan un carácter como el suyo. Quien puede hacer ese cambio en nuestras vidas es el Espíritu Santo. Pídelo. Ora y pídele al Señor que te conceda su Santo Espíritu, y pídele a Él que termine su obra en ti. Que el Señor te bendiga.
