El tema de esta semana es una bastante sensible y difícil de manejar, pero es muy necesario hacerlo. Sea cual sea el temperamento de tus hijos, ellos necesitan aprender a percibirte tal y como eres: como persona no eres un ser perfecto, y como padre no eres alguien que jamás se equivoca. Mas bien, eres una persona que Dios ha puesto en el privilegiado y honroso lugar de ser padre o madre de esos hijos, y al igual que ellos estas aprendiendo y estas expuesto a cometer errores, pero tienes la capacidad de identificarlos, admitirlos y resolverlos. Por eso este consejo se enfoca en que compartas con ellos tus errores, y cuando ellos sean afectados pídeles perdón, si es necesario hacerlo públicamente, hazlo. Necesitas enseñarles (sobre todo con tu ejemplo) que el pedir perdón por nuestros errores y pecados no te humilla, por el contrario, te engrandece.