Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias, y Dios de toda consolación, el que nos consuela en todas nuestras tribulaciones , para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de su consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 2 Corintios 1:3-4
Narrado por: Dawin Rodríguez