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El retorno al poder de Lula en Brasil después de derrotar a Jair Bolsonaro ha estado marcado por muchos gestos en la política interna, pero también en la agenda internacional. Como si se tratara de un arranque de nostalgia por el mejor momento de su primera presidencia, cuando el país se alzaba como la gran potencia emergente a la que todo el mundo miraba con expectación, Lula ha vuelto a la escena internacional con ambición y estridencia. 
Pero el mundo hoy es distinto. Dos de sus socios en el bloque de economías emergentes -BRICS- impulsado en su momento por Lula hoy significan algo diferente para el mundo. China porque en su crecimiento ha superado el simple estatus de superpotencia económica para transformarse en una amenaza geopolítica para la otra superpotencia, Estados Unidos. Y Rusia porque después de la invasión a Ucrania es para buena parte de occidente un paria. Y justamente en sus últimas interacciones con estos dos socios Lula ha comprobado que el mundo ofrece menos margen para alguien que juega a estar bien con todos y al mismo tiempo ser protagonista. 

Hace menos de dos semanas, Lula visitó al líder chino Xi Jinping en Beijing, y lo que pudo ser una postal de retorno del país a las grandes ligas se vio marcado por las declaraciones del presidente tras la reunión con su par chino, cuando criticó a Estados Unidos por prolongar la guerra con Ucrania al proveer de armas a ese país, en lugar de buscar una salida pacífica, como la que ha propuesto el mismo Lula cuando ha hablado de la creación de “un G-20 por la paz”. Sus declaraciones, replicadas por su canciller, recibieron una fuerte respuesta desde Washington y desde Kiev. Después de ese viaje, Lula recibió en Brasilia al canciller ruso Sergei Lavrov, quien viajó a Latinoamérica para repetir la versión rusa de la guerra: que en realidad fue provocada por la OTAN y no por la invasión de las fuerzas de Putin a un país soberano. Los otros países que visitó Lavrov fueron Venezuela, Nicaragua y Cuba, pero desde luego fue el simbolismo de la cálida recepción de Lula lo que dio la vuelta al mundo y lo que le valió críticas y reproches globales.  
Paulo Alfonso Velasco, profesor de política internacional de la Universidad del Estado de Río De Janeiro, nos habla hoy sobre el delicado equilibrio que busca Lula en materia internacional y sobre cómo su idea de convertirse en mediador para la paz en Ucrania puede haber sido estropeada por sus propias palabras en estas últimas semanas.