San Pedro y San Pablo
Hoy celebramos una fiesta doble, la de san Pedro y san Pablo. Tenemos otras dos fiestas para cada apóstol en particular, la conversión de san Pablo y la cátedra de san Pedro. ¿Por qué los juntamos? Porque había gente que los quería separar, para tratar de oponerlos uno contra el otro, y así causar conflicto. Al demonio le encanta crear confusión para hacer mejor su trabajo. San Pedro se dirigió a los judíos y san Pablo a los gentiles. Al principio de la Iglesia hubo el peligro de cisma, la separación de estos dos grupos. El problema venía principalmente de los judíos, que querían que los gentiles siguieran sus costumbres. Los dos apóstoles consiguieron guardar la Iglesia unida.
En frente de la fachada de la basílica de san Pedro en Roma, se pueden ver dos estatuas de cinco metros de altura de estos apóstoles, san Pedro con las llaves y san Pablo con el libro y la espada. Aunque la iglesia está construida sobre la tumba de san Pedro, los papas han querido subrayar la colaboración entre estos dos apóstoles, señalando las dos rocas donde Cristo ha construido su Iglesia. San Pedro con sus llaves nos abre las puertas del cielo, y san Pablo con su espada nos empuja adentro.
Esos son los símbolos tradicionales de estos dos santos. San Pedro tiene dos llaves en su mano, una dorada, que simboliza su poder en el cielo, y la otra plateada, que simboliza su autoridad en la tierra. Los escudos de los papas suelen mostrar las dos llaves. San Pablo tiene la espada en su mano derecha para recordarnos que murió martirizado cortándole su cabeza; también significa la Palabra de Dios. Se dice que la Sagrada Escritura es como una espada de dos filos, que penetra en el alma y corta a través de nuestros pecados. Una espada de ese tipo es peligrosa, pues no solo puede hacer daño a los demás, sino que puede también herir a uno mismo.
San Pedro es el primer apóstol y san Pablo es que el hizo más para extender la Iglesia. Los dos fueron martirizados en Roma. Fuera de los muros de la ciudad, se haya la basílica de San Pablo, la segunda más grande después la de san Pedro. Allí se pueden ver los mosaicos de los 267 papas que han conducido la barca de san Pedro hasta la fecha. Es tradición tener iluminado el mosaico de papa actual.
En la primera lectura de la Misa, de los Hechos de los Apóstoles, se narra la curación de un paralítico de las manos de san Pedro. La segunda lectura, de la carta de san Pablo a los Gálatas, el apóstol nos cuenta que después de su conversión, fue a Jerusalén a ver a Pedro. El evangelio narra la escena del primado de san Pedro, en el que Jesús le da las llaves del reino de los cielos. Hoy es un buen día para rezar por el Papa que en esta ocasión suele dar el Palio a los arzobispos metropolitanos.
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