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Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión
con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. —1 Juan
1:13

¿Qué es un cristiano? Un cristiano es aquél que camina con Cristo. A muchas personas esta
respuesta les parece simple retórica, pero no lo es. Llevada a la práctica, esta definición es
la más adecuada.

Desde el remoto pasado, para el ser humano que viaja a pie, el caminar junto alguien puede
resultar en lograr buenas amistades y también el llegar a entablar comunión pues hay
oportunidad para conversar, ayudarse mutuamente, confiar confidencias, compartir el
alimento, iniciar proyectos compartidos, etcétera. La Escritura nos informa que tanto Enoc
como Noé caminaron con Dios en el sentido de que tuvieron comunión con Él. También
afirma lo mismo de otros importantes personajes de la Biblia. Es interesante que a los
cristianos se los conociera primeramente como «los del camino». Jesús resucitado se
manifestó a dos discípulos mientras ellos caminaban a Emaús, pero no le reconocieron
hasta que partió el pan de la comunión. El caminar de la fe tiene las connotaciones de un
viaje hacia un santuario, una peregrinación. El pueblo de Dios es una comunidad de
peregrinos que caminan en comunión con Él (Hebreos 11:13; 1 Pedro 1:17).

El caminar y la comunión se dan en el contexto de la enseñanza y práctica bíblicas. La
comunión con Dios implica la comunión apostólica. Esto significa creer y confiar en todo
lo que los apóstoles enseñaron por mandato de Cristo, la «Doctrina de los Apóstoles»
(Hechos 2:42). Toda la Biblia es la doctrina de los apóstoles. Juan dice que los apóstoles
enseñan los que vieron y oyeron para que nosotros tengamos comunión apostólica y así
gocemos la comunión con Dios. Jesús dijo: «Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti,
el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.» (Juan 17:3). Sin la
poderosa Palabra de Dios es imposible conocerlo y mucho menos estar en comunión con Él
(Juan 14:23; 1 Juan 1:6,7). La comunión con Dios fue hecha accesible gracias a Jesucristo,
quien obedeció perfectamente los requisitos de Dios en lugar de nosotros y, en la cruz
entregó su vida por nuestros pecados. En gratitud querremos vivir en comunión con Dios
alimentándonos de Su palabra de Salvación.

Oración:

Señor, estoy consciente de mis limitaciones y de tu gran misericordia. Por eso te
suplico me guardes en la verdadera fe para la vida eterna. Concédeme que ame tu
Palabra de modo que sea mi continuo deleite. Amén.