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Lunes 12 de agosto 2024

CUALQUIER COSA QUE PIDAN

Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré. Juan 14 13 al 14.

Nuestra vida diaria es un desafío. Nunca faltan los problemas. De pronto nos quedamos sin trabajo, o un familiar nuestro se enferma de gravedad. A veces surgen situaciones mucho peores, como cuando la persona que trabaja y sostiene el hogar es diagnosticada de enfermedad terminal y desahuciada. Es frente a estos trágicos eventos que acudimos con mayor frecuencia a la oración buscando el socorro divino. En ocasiones quedamos muy sorprendidos de la maravillosa e inmediata respuesta de Dios. Pero también están las veces que la respuesta no fue la que nos hubiera gustado. Puesto que Jesús prometió que concedería «cualquier cosa» que pidamos. ¿Por qué no vemos que suceda así siempre?

La Biblia enseña que: «ninguna profecía de la Escritura es algo que uno pueda interpretar según el propio parecer» (2da de Pedro 1 20). Necesitamos entender la Biblia tal como fue entendida por sus escritores. Por eso es importante tener en cuenta el contexto (es decir todo lo que la Biblia dice de un asunto en otros de sus textos). ¿Qué enseña la Biblia respecto a lo que podemos pedir o no a Dios en oración?: «Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.» (1ra de Juan 5 14). Eso significa que Cristo promete conceder cualquier petición que le hagamos que sea «conforme a su voluntad». Respecto a las enfermedades, Él no prometió sanarlas todas de inmediato ni todas las veces. En la Biblia encontramos casos en que importantes hombres de Dios tuvieron que padecer su enfermedad como en 1ra de Timoteo 5 23 y 2da de Timoteo 4 19. En el caso del apóstol Pablo quien escribió: «Tres veces le he pedido al Señor que me quite ese sufrimiento; pero el Señor me ha dicho: “Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad.”» (2da de Corintios 12:8). El profeta Eliseo, que recibió muchas respuestas milagrosas durante su ministerio, él mismo no fue sanado de su última enfermedad. (2da de Reyes 13 14). Puesto que la Biblia muestra que no siempre es la voluntad de Dios de sanar toda enfermedad, cuando oramos por los enfermos vamos a querer pedir de la siguiente forma: «Señor, te suplicamos sanes esta enfermedad si es tu voluntad, amén.»

Oración:

Señor tú has prometido conceder lo que te pidamos conforme a tu voluntad. Te suplico me concedas orar siempre conforme a tu voluntad, que yo quiera pedir aquello que tú quieres dar. Otorga, ¡oh Dios!, por tu Espíritu Santo, consuelo y alivio a los que padecen aflicción, necesidad, enfermedad, a los que están en peligro de muerte, a todos los que sufren de un modo u otro, y especialmente a los que sufren por causa de tu nombre y de tu verdad, para que acepten sus tribulaciones con resignación cristiana y se sometan a tu benigna voluntad paternal. Amén.