15 de marzo
Desencadena mi alma
Jason Nelson
Anhelo ser libre. Anhelo una sociedad mejor, y creo que podríamos tenerla si todos la deseáramos y habláramos abiertamente de ella. Anhelo ser libre para debatir cómo la gracia de Dios fluye dentro y fuera del potencial humano. No quiero debatir qué seres humanos tienen potencial. No quiero preocuparme por caer en trampas teológicas que restringen el comentario cristiano a una estrecha gama de temas que se resume con un conjunto de bajas expectativas. Anhelo perseguir ideales elevados. Me gusta la gente y quiero apelar a sus mejores ideales[JC1] . Anhelo instar a la gente a ser buena y a hacer el bien porque Dios es bueno.
Cuando Jesús apareció en un cuerpo, aceptó nuestra hermandad e incluso la promovió. Nos redimió con su sangre y nos enseñó a convivir en el camino. ¿Cuándo dejamos de insistir en «Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados»(Lucas 6:31)? ¿Era demasiado sencillo? ¿No era lo suficientemente oscuro para las élites religiosas porque no necesitaríamos que nadie nos lo explicara? ¿Quién tuvo una reunión y decidió que la Regla de Oro era una moral cursi [JC2] y no un imperativo moral de labios del propio Jesús? Anhelo ser libre para hacer por los demás lo que quiero que hagan por mí. Anhelo que tú hagas lo mismo.
Oración:
Padre eterno, que no haces acepción de personas y que nos amas aun cuando no lo merecemos: te suplico, por los méritos de tu Hijo Jesucristo, que me concedas tal fe en ti que no tenga miedo de tratar a mí prójimo como yo quiero ser tratado, por Jesucristo tu Hijo. Amén.
[JC1]Pienso que este es el significado en contexto. Lo otro se presta a confusión
[JC2]Expresión bastante desonocida