Viernes 12 de Julio 2024
Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra el muro. Isaías 25:4
Dios nos protege en todo momento.
Muchas veces nos preguntamos, ¿Dónde está Dios? cuando las cosas nos salen mal, en los días en que todo lo que hacemos, pensamos que no podría ser peor. Además, hay poca comida en la casa y nadie nos visita por la situación en que está el mundo. Estamos aislados, hasta de nuestras familias, y nos encontramos solos, encerrados, sin nada que hacer. En tales ocasiones llegamos a sentir lástima por nosotros o pensar dónde está Dios. Puede ser que lleguen momentos en la vida donde uno se pregunta ¿cómo voy a pagar las cuentas? o si ¿habrá suficiente comida para toda la familia? Sin embargo, de alguna manera, siempre hay suficiente. ¡El Señor siempre provee, algunas veces más abundantemente de lo que uno se puede imaginar!
El texto de Isaías nos enseña que Dios provee para todos en su providencia. En ocasiones, las preocupaciones y la ansiedad nos impiden ver las bendiciones de Dios a nuestras vidas, pero Dios quiere que confiemos en que El Señor siempre provee. El Salmo 23, versículo 1 nos asegura que, dado que el Señor es su pastor, a usted nada le faltará. Así, él le dará todo lo que usted necesita cada día. Pero no sólo lo que usted necesita. A menudo, él provee aún más de lo que uno necesita.
De esta manera, él también nos ha proveído no sólo para nuestra vida física sino también para nuestra vida espiritual. Pues, el perdón de nuestros pecados es la provisión más grande que un ser humano puede recibir y Él lo hizo a través de su Hijo Jesucristo perdonando todos nuestros pecados.
Romanos 8:1 dice, Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu
Hoy, Dios nos anima no solo a mirar y darle gracias por la provisión de este mundo sino también por la que ha provisto para la vida eterna con El en los cielos. Y esta provisión no es perecedera como la comida y el vestido acá en la tierra. Esta es una provisión que nunca terminará porque es eterna.
Oración:
Señor, todopoderoso, perdóname las veces que he pensado que tú no has estado conmigo por las circunstancias de mi vida. Ayúdame a confiar en ti, no solo para esta vida sino para la vida eterna. Amén.