Martes 2 de Julio 2024
EL CUIDADO ETERNO DE DIOS PARA SUS HIJOS.
No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias Filipenses 4:6
Hoy día, vivimos en un mundo lleno de estrés. Por donde quiera que miramos, vemos gente afanada, otros preocupados y otros demasiado angustiados por las circunstancias de la vida. Y, si a esto, le sumamos nuestros problemas de salud física y materiales, la vida será un completo caos.
Tal vez usted dirá, para usted es muy fácil, ya que no tiene los problemas que yo tengo.
Muchas veces, el afán se convierte en ansiedad, y la ansiedad es pecado porque es una falta de confianza en Dios. Cuando nos afanamos por las cosas que no podemos solucionar sin la ayuda de Dios eso es pecado. Puede ser que hoy estemos afanados por la comida y el vestido, o por lo que traerá el futuro y muchas otras cosas.
Pero lo que debemos hacer es aprender a descansar en Dios. No sé cuál sea su preocupación hoy pero, sí sé lo que Dios quiere, y es que vayamos a él en oración. La confianza en Dios no puede depender de las circunstancias que estemos viviendo.
Hoy, Dios ya nos ha dado la solución al problema más grande que tiene todo ser humano - el perdón de nuestros pecados. Leímos en Juan 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
También, las palabras de San Pablo en 1 de Tesalonicenses. 5:16-18 Estén siempre gozosos. Vamos a vivir felices y confiados en las manos de nuestro amoroso Dios no importando las circunstancias. Oren sin cesar, presentando todas nuestras peticiones a Dios sabiendo y confiando en que él nos escucha y responderá conforme a su voluntad. Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con ustedes en Cristo Jesús. En todo momento daremos gracias a Dios, no importando la situación por la que estemos pasando. Sería hermoso que todos nosotros hiciéramos caso a estas palabras de ánimo, recordando siempre los incomparables tesoros espirituales en Cristo.
Oración:
Padre amado, gracias por escuchar mis oraciones. Enséñame a que en los momentos de angustia siempre pueda acudir a ti mediante nuestro señor Jesucristo. Amén.