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26 de Febrero

El tiempo de Dios

Pastor Mike Novotny

 

No tenía ni idea de lo que pasaría el sábado siguiente al martes en que publiqué mi libro. El 7 de enero de 2020, publiqué 3 palabras que cambiarán tu vida, un libro sobre el poder de la presencia de Dios, cómo Dios es el refugio al que podemos correr sin importar lo mala que sea la vida. Pero no tenía ni idea de lo que pasaría cuatro días después. Al otro lado del planeta, el 11 de enero, murió el primer paciente con coronavirus conocido. Y nuestro mundo, como ahora sabes, se vino abajo.

Dios debió haber sabido que necesitaríamos un lugar seguro para escondernos cuando las cosas se pusieran al revés. “Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, nuestra segura ayuda en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes” (Salmo 46:1-3 NVI).

Me encanta lo gráficas que son esas palabras finales. Incluso cuando la tierra se hunda y las montañas se desmoronan (o cuando la economía se hunde o tu familia se desmorona), no necesitamos tener miedo porque tenemos a Dios. Nuestro refugio. Nuestra fortaleza. Nuestra ayuda segura 24/7 en momentos de angustia.

Tal vez estás leyendo estas palabras hoy por una razón específica. Quizás Dios te está preparando para enfrentar la próxima estación de tu vida, no importa lo que suceda, sin miedo. Gracias a Jesús, su presencia es tu refugio. Corre hoy hacia Él, y reconoce que nunca estarás solo o sin amor.

 

Oración:

 

Roca eterna, solo en Ti podemos encontrar refugio seguro ante las adversidades que enfrentamos en nuestra vida. Te bendigo y agradezco porque tu Palabra me asegura que todo lo que permites en mi vida es para mi bien. Pero sobre todo porque cuando me corresponda partir a la eternidad no me refugiaré en mis propios méritos sino en los de Cristo quien obedeció perfectamente la voluntad divina y sufrió la condenación que merezco como mi sustituto y con gozo podré confesar que Cristo es mi justicia. Amén.