14 de agosto
Elecciones, elecciones
Ann Jahns
Nos encantan las opciones, ¿verdad? Nos encanta la libertad de elegir cosas que nos hacen felices o que mejoran nuestra vida. ¿Patatas fritas normales o rizadas? ¿Papel o plástico? Podríamos estar parados en el pasillo de los aliños de ensalada del supermercado durante una hora en una agonía de indecisión. ¡Cuántas opciones!
Josué, el líder que sustituyó a Moisés y guió al pueblo de Dios hacia la tierra prometida de Canaán, también tuvo que tomar una decisión. Casi al final de su vida, reunió al pueblo para darles una pequeña lección de historia. Les recordó cómo Dios les había sacado de la esclavitud de Egipto para llevarlos a una tierra llena de bendiciones. Les recordó cómo Dios les había sido fiel una y otra vez, a pesar de que ellos, a su vez, habían rechazado una y otra vez a su Dios en favor de los falsos y repugnantes dioses de las naciones que vivían a su alrededor.
Josué dijo al pueblo que ahora tenían que hacer una elección de vida o muerte: «escojan hoy a quién quieren servir, si a los dioses que sus padres adoraron cuando aún estaban al otro lado del río, o a los dioses que sirven los amorreos en esta tierra donde ahora ustedes viven. Por mi parte, mi casa y yo serviremos al Señor»(Josué 24:15).
La elección de Josué fue mucho más importante que saber qué dos guarniciones quería con su plato principal. Nuestra elección también es crucial. Cada día este mundo nos dice que elijamos dioses falsos como el dinero y las posesiones y las sustancias y la belleza. No te dejes engañar. Sólo hay un Dios. ¿A quién servirás hoy?
Oración:
Dios misericordioso, confieso que en i naturaleza pecaminosa no siempre te elijo. Es más muchas veces elijo todo aquello que es para mi mal. Te bendigo y agradezco por librarme de los males de tal necedad y porque a pesar de nuestro error, no nos has abandonado. Concédeme el crecimiento espiritual necesario de modo que tu Espíritu prevalezca frente a mi carnalidad, por Jesucristo tu Hijo. Amén.