20 de Enero
En Cristo Jesús, nuestro Señor
Pastor Daron Lindemann
En Cristo Jesús, nuestro Señor, la muerte ha muerto. No puede matar.
En Cristo Jesús, nuestro Señor, la vida es más grande que las circunstancias que te rodean. No eres definido por lo que te sucede.
En Cristo Jesús, nuestro Señor, los ángeles se enfrentan a los demonios en una guerra espiritual para protegerte. ¡Y los ángeles siempre ganan!
En Cristo Jesús, Señor nuestro, el hoy es un regalo. Por eso lo llamamos presente.
En Cristo Jesús, nuestro Señor, el futuro no es algo de qué preocuparse. Nada de lo que te suceda mañana o el próximo año llega antes que Él a la escena.
En Cristo Jesús, Señor nuestro, los poderes de este mundo son peones de su reino. Y tú perteneces a su reino. Estás en el equipo ganador.
En Cristo Jesús, nuestro Señor, tus oraciones susurradas llegan más alto que el alto estrés, los altos impuestos, la alta presión sanguínea, las altas exigencias, el alto riesgo y las altas esperanzas.
En Cristo Jesús nuestro Señor, tu fe profundiza más en su agua vivificante que en cualquier profundidad de desesperación.
En Cristo Jesús, Señor nuestro, no hay nada que hagas, nada que te suceda, nada que olvides hacer y nada que descuides que haga que Él te ame menos.
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor”(Romanos 8:38,39).
Oración:
Soberano Señor, si me miro a mí mismo solo encuentro desolación, pues nada que yo haga puede salvarme de la condenación eterna que justamente merezco. Pero cuando miro a tu Hijo clavado en la cruz derramando su vida en mi favor veo que es imposible perderme. Por Él y solo por Él puedo reposar confiado en tu gracia sabiendo que nada me podrá apartar de tu amor. Te bendigo y agradezco tu inmenso amor, por Jesucristo tu Hijo. Amén.