6 de agosto
Jesús estaba a favor de (toda) vida
Pastor Mike Novotny
¿Has considerado alguna vez lo escandalosamente pro (cada) vida que fue nuestro Salvador?
Piensa dos mil años atrás a quién y cómo y cuánto amó Jesús. Jesús amó la vida de los leprosos, los adúlteros, las prostitutas y los fariseos. A pesar de su desorden, no abortó su misión de morir en una cruz por sus pecados.
Afortunadamente, Jesús no ha cambiado ni un ápice. Jesús conoce todas las razones por las que pecamos, las que son algo y las que no tienen sentido, y sin embargo nos ama hasta la vida eterna. Cuando Jesús murió en una cruz y resucitó de entre los muertos, hizo la promesa de que, a través de la fe en él, Dios nos adoptaría como hijos suyos, que nuestro Padre pondría la mesa con un sitio para nosotros. Prometió que dejaría la luz encendida y la puerta sin cerrar para que siempre pudiéramos volver, siempre tuviéramos una habitación donde descansar y siempre tuviéramos gracia para volver a casa.
El sexualmente inmoral y el egoísta, el abortista y el apático, todos podemos venir a Jesús y tener cada necesidad satisfecha, cada pecado borrado, cada error cubierto para que Dios sea para nosotros. El apóstol Pablo promete: «Todo el que cree en él no será avergonzado»(Romanos 10:11 LBLA). Cualquiera -es decir, tú- que crea en él -es decir, Jesús- nunca -nunca, nunca, nunca- será avergonzado. Siempre perteneceremos.
Porque Jesús era pro (tú y Dios juntos para siempre) vida.
Oración:
Señor eterno, tú eres el Dios que concede la oportunidad de corregir los errores propios a quienes las necesitan. Te bendigo y agradezco por tu gran misericordia manifestada en la persona de tu unigénito. Por sus méritos nos limpias del pecado y culpa y nos das vida nueva. Concédeme que, en gratitud a tu inmenso amor, sea un mensajero de tu paz y no un obstáculo a tu gracia, comprometido con el evangelio que salva y transforma, por Jesucristo tu Hijo. Amén.