27 de julio
La sombra de la muerte
Pastor Jon Enter
Todos los funerales a los que he asistido han incluido el Salmo 23. Este salmo
ofrece consuelo con sus primeras palabras: «El SEÑOR es mi pastor» (versículo 1
LBLA). El SEÑOR CON MAYÚSCULAS es un nombre especial para Dios, que revela la
abundancia de su misericordia. A continuación, Dios vincula su gracia imparable e
interminable a la imagen de un pastor siempre al lado de sus ovejas. Los corazones de
los dolientes en los funerales se relajan en el consuelo de esta gracia.
Pero entonces el versículo 4 nos golpea a todos en el corazón: «Aunque pase
por el valle de sombra de muerte». La muerte se convierte en el centro de atención.
¿Cómo no iba a serlo en un funeral? Pero la muerte NO es el centro de esta frase ni
gramatical ni espiritualmente. «De muerte». La palabra muerte está en una frase
preposicional, así que no es el foco. ¡Dios llama a la muerte nada más que una sombra!
Una sombra no puede hacerte daño. Una sombra no tiene sustancia. Puede asustarte
si se lo permites, pero no puede hacerte daño. La muerte es una sombra para ti, para
aquellos que creen que Jesús destruyo el poder de la muerte.
No te equivoques. El diablo es un león al acecho que busca a quien devorar; te
está buscando a ti. Déjale rugir. Que gruña. Su rugido es vacío. Es impotente. ¿Por
qué? La tumba de Jesús estaba vacía el Domingo de Pascua, dando poder a estas
palabras: «Cuando yo abra sus sepulcros y los saque de sus sepulturas, ustedes,
pueblo mío, sabrán que yo soy el Señor» (Ezequiel 37:13). ¡La muerte no puede
retenerte!
Oración:
Dios inmortal y eterno, tú palabra nos enseña que quieres compartir la dicha
eterna con nosotros. Te bendigo y agradezco porque así será gracias a la perfecta
obediencia de tu Unigénito y a su sacrificio vicario por nosotros. Concédeme fe firme
fundamentada en las promesas de tu evangelio, por Jesucristo tu Hijo. Amén.