24 de Febrero
¡Me encanta el pan!
Pastor David Scharf
Me encanta el pan. Me encanta tostado y untado con mantequilla real. Me encanta en esos buenos restaurantes rociados con aceite de oliva y vinagre. Me encanta cubierto con tocino, lechuga y tomate (¡pero sobre todo con tocino!). Mis disculpas a cualquiera que se esfuerce por mantenerse fiel a la dieta Atkins*, pero ¿ya tienes hambre? Ahora que lo pienso, no estoy seguro de que sea el pan lo que me encanta o lo que pongo en el pan.
Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual daré por la vida del mundo” (Juan 6:48,51). Amo a Jesús, pero lo amo más cubierto de las comodidades materiales en la vida. Amo a Jesús cubierto de éxito personal. Amo a Jesús con la aprobación de la familia, los amigos y los compañeros de trabajo. ¿Entiendes lo que quiero decir? Tenemos que quitar los acompañamientos y sólo anhelar el pan... es decir, el Pan de Vida. Este pan es Jesús.
Es fácil dejarse llevar por lo que el mundo dice que necesitamos y no darse cuenta de que sólo hay una cosa que necesitamos. Necesitamos pan…el pan espiritual. Estábamos hambrientos, así que Jesús bajó del cielo para satisfacer nuestra necesidad. Este pan nos da el mensaje de la cruz en su Palabra que nos alimenta para que podamos vivir para siempre. ¿Ya tienes hambre? Yo también.
Oración:
Cristo, nuestro pan divino, confieso que tengo la tendencia a preferirte más como la solución a mis diversos problemas cotidianos cuando te necesito como la fuente de un milagro que solucione mi enfermedad, mi adicción, mis conflictos familiares o laborales que como un ejemplo a seguir para mejorar mi conducta. Así he permitido que todo eso me distraiga de la verdadera razón de tu venida. Viniste para obedecer perfectamente la voluntad de Dios en mi lugar y para sufrir el castigo que merezco como pecador que soy. Te bendigo y agradezco porque solo por tus méritos tengo entrada al gozo eterno. Concédeme te suplico que no me aparte de esta verdad. Amén.