15 de junio
No olvidado
Linda Buxa
El 12 de septiembre de 2001, muchos habitantes de zonas remotas de Alaska no se habían enterado de la noticia que conmocionó al mundo (11-S). Los cazadores estaban varados, esperando a que sus avionetas los recogieran. No tenían comunicación porque los teléfonos móviles eran todavía bastante nuevos y de todos modos no funcionaban allí. Al final, un senador de Alaska consiguió un permiso especial para que volaran los aviones, preocupado porque la gente entrara en pánico y empezara a salir a pie o muriera por falta de suministros.
Sabiendo el tipo de enfado e irritación a los que se enfrentarían cuando aterrizaran, los pilotos de Bush llevaron periódicos para explicar la enormidad de la situación y por qué llegaban tarde. El miedo y la rabia se convirtieron en comprensión porque la gente se dio cuenta de la verdad.
Enormes penas y tristezas y problemas en esta tierra te dejan sintiéndote como esos cazadores. No tienes ni idea de lo que está pasando. ¿Por qué no se llevan a cabo los planes que hiciste? ¿Dónde está la persona que debería ayudarte? ¿Cómo acabará todo esto?
Es fácil hacerse las mismas preguntas que se hizo el rey David: «¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro? ¿Te olvidarás de mí para siempre?». (Salmo 13:1).
Puede que ahora no obtengas las respuestas que buscas, pero cuando los ángeles vengan volando para llevarte a casa, al cielo, todo tendrá sentido. Hasta entonces, acuérdate de esto: «Pero yo confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación. Canto salmos al Señor. ¡El Señor ha sido bueno conmigo!»(Salmo 13:5,6 NVI).
Oración:
Eterno Dios, Tú lo sabes todo y yo desconozco mucho. En mi entorno suceden muchas cosas que no entiendo y que me desconciertan. A veces, como el rey David, siento que te olvidaste de mí. Pero tú palabra me asegura que no es así, y que todo está bajo tu total control. Te suplico me concedas la fe suficiente para no desesperar cuando las cosas parecen salir mal, por Jesucristo tu Hijo. Amén.