10 de agosto
Pastos protegidos
Pastor Jon Enter
Antes, cuando leía el Salmo 23:2 («En lugares de delicados pastos me hará descansar» RVR), no entendía por qué Dios tenía que hacerme descansar en lugares de delicados pastos. ¿Obligarme? No es que Dios nos obligue a ti y a mí, contra nuestra voluntad, a recostarnos y descansar. Lo que Dios, nuestro Buen Pastor, nos está prometiendo es que su protección nos rodeará para que podamos pastar, para que podamos descansar incluso en esta vida rota.
Sin un pastor que vigile a las ovejas, éstas son básicamente gigantescas bolas de algodón de azúcar con patas que se mueven lentamente. Las ovejas tienen cero defensas naturales contra los animales que se las comen. No tienen púas. Ni garras afiladas. Sin caparazón. Sin cuernos. Ni olor a mofeta apestosa. De hecho, cuando las ovejas se asustan de verdad, se les congelan las patas; se caen y se convierten en comida.
Debido a su falta de sistemas de defensa, las ovejas no se tumban a menos que estén libres de todo temor (fricción con otras ovejas, moscas y parásitos molestos, depredadores y libres de hambre). Cuando estas necesidades están satisfechas, se tumban tranquilamente.
Es casi imposible descansar cuando tienes roces con los demás o estás acosado por los problemas y hambriento de satisfacción. Si ése eres tú, si no estás descansando, reenfoca tu confianza. Para descansar en paz, no cuentes ovejas sino cuenta con tu Pastor, Jesús. Él te protege del mal. Él provee gracia y guía para que puedas descansar.
Vuelve a centrarte continuamente en Jesús y descansa bien en el pasto de su protección.
Oración:
Dios eterno, que enviaste a tu Unigénito para nuestro perdón y salvación incondicional, no permitas que mi atención esté enfocada en otra cosa que no sea cristo, y este crucificado para nuestro beneficio eterno, por Jesucristo tu Hijo. Amén.