20 de julio
Portador de cargas
Sarah Habben
¿Es usted un cristiano ansioso? Su ansiedad no es una sorpresa para Dios. El
hecho de que la Biblia aborde la ansiedad con tanta frecuencia demuestra que Dios
sabía que sus amados hijos lucharían contra ella.
Tal vez pienses que si creyeras lo suficiente, podrías bajar el hervor de la
ansiedad. Pero la fe es a veces grande y a veces pequeña. No cura la ansiedad, como
tampoco puede curar un hueso roto.
En lugar de examinar tu fe, examina la fidelidad de Dios. Imagina a un padre que
va de mochilero con su hija pequeña. Ella no está hecha para el esfuerzo que supone
llevar una mochila y subir una colina. Su padre lo sabe. Así que le quita la mochila.
¿Qué aprende su hija? Su padre es compasivo. Su debilidad no le decepciona. Quiere
que lo consiga, que comparta la experiencia, que esté en su compañía. La fidelidad del
padre hace que la niña suba la colina.
Tu Salvador demostró su fidelidad en la cruz. Él hizo lo que tú no podías hacer:
llevó la carga y la pena de tu pecado. Lo hizo para que pudieras estar con Él para
siempre. Ninguna colina de dolor, culpa o preocupación es demasiado empinada para
tu Dios fiel. Puede que empieces cada día al pie de la colina de la ansiedad, pero no
estás solo. Estás con tu Padre celestial. Él soporta diariamente tus cargas para que
puedas llegar al mañana, al año que viene, a tu hogar celestial.
«¡Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día lleva nuestras
cargas!» (Salmo 68:19).
Oración:
Gracias Señor, pues en tu inmenso amor eres compasivo frente a mis
debilidades. En la cruz demostraste definitivamente ese amor que ni merezco.
Concédeme ser afirmado y fortalecido en la verdadera fe, por Jesucristo tu Hijo. Amén.