21 de julio
¿Tu Dios está muerto?
Jan Gompper
Martín Lutero, uno de los primeros reformadores de la Iglesia, a veces caía en
períodos de depresión que podían durar días. Durante uno de estos periodos, su mujer,
Katie, decidió vestirse de luto. Lutero se dio cuenta y le preguntó: «¿Vas a un funeral?».
Ella respondió: «No, pero ya que actúas como si Dios estuviera muerto, quería unirme
a ti en el luto».
¿Ha muerto tu Dios? ¿Vives como si estuvieras de luto por una pandemia o por
las tensiones políticas y raciales de nuestro país? Peor aún, ¿te has vuelto cínico y
enfadado porque crees que América se está yendo por el retrete: nuestros sistemas
políticos rotos, nuestras elecciones amañadas, nuestro país sin esperanza?
Katie Luther enseñó a su marido una importante lección aquel día. Le enseñó
que la esperanza y el optimismo son una elección, no un sentimiento. Confiaba en que,
pasara lo que pasara en el mundo, su Dios seguía teniendo el control.
Nosotros podemos tener esta misma confianza, porque «El Señor de los
ejércitos hizo este juramento: "Todo se hará tal y como lo he pensado; todo se
confirmará tal y como lo he decidido"» (Isaías 14:24). Además, «Sabemos que
Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman» (Romanos 8:28).
El Dios de Katie Luther no estaba muerto, como tampoco lo está el nuestro. Así
que apaga los canales de noticias políticas y deja de escuchar a los miedosos de las
redes sociales. Tu Dios está vivito y coleando y «todo lo hace a su debido tiempo»
(Proverbios 16:4).
Oración:
Señor, tú eres el Dios viviente y eterno. Te bendigo y agradezco porque no nos
has abandonado. Con expectativa gozosa quiero vivir consagrado a ti, en gratitud a tu
inmenso amor. Concédeme ser un buen administrador de los dones que me diste y ser
un instrumento de tu paz, por Jesucristo tu Hijo. Amén.