Listen

Description

5 de julio

Ungido con aceite

Pastor Jon Enter

En el Antiguo Testamento, los reyes israelitas eran ungidos con aceite,

marcándolos como nuevos líderes del pueblo. En el Salmo 23:5, el rey David escribió:

«Unges mi cabeza con aceite». Eso ocurrió realmente. David fue ungido rey del

pueblo de Dios. Pero recuerda que este salmo está lleno de imágenes de pastores y

ovejas. Aquí hay otro significado relacionado con el pastoreo y contigo.

En el árido paisaje de Oriente Próximo, la hierba no crece en abundancia. Los

mechones de hierba son rápidamente arrebatados por las ovejas. Algunas de las

hierbas más selectas se encuentran bajo espinas y cardos. Crece durante mucho

tiempo, ya que no la tocan otros animales que pastan, y la espesa cubierta de los

arbustos espinosos mantiene el refrescante rocío sobre la hierba durante más tiempo a

lo largo del día. Las ovejas no pueden resistir la tentación. Cuando las espinas y los

cardos se desgarran en la cabeza de las ovejas, las moscas se dan un festín con las

heridas abiertas. Es doloroso. Trae la infección. El pastor -después de ver las heridas

causadas por el descarrío de las ovejas- aplica generosamente aceite a las cabezas de

los animales. El aceite protege a las ovejas del ataque de las moscas y alivia el dolor.

Jesús te unge con aceite. Jesús ve las heridas que llevas por haber caído en las

tentaciones del diablo. Sabe que sufres porque estás infectado por las consecuencias

del mal. Así que viene a ti. Te calma. Te unge con su amorosa misericordia y alivia tu

dolor. Te perdona. En ese perdón, aleja al diablo para que no te moleste ni te duela.

¡Oh, cómo te ama!

Oración:

Señor, confieso que soy como las ovejas. Por mi propia culpa tengo heridas que

al enemigo regocija verme sufrir. Te bendigo y agradezco porque gracias a tu Hijo

Jesucristo soy perdonado, limpiado y restaurado de tal manera que mi anhelo es vivir

consagrado a ti, en gratitud a tu inmenso amor. Concédeme ser un buen administrador

de los dones que me diste y ser un instrumento de tu paz, por Jesucristo tu Hijo. Amén.