7 de julio
Usted es el problema y la solución
Linda Buxa
Un amigo preguntó en Facebook: «Pregunta rápida para todos: ¿por qué creéis
que las cosas están tan mal ahora mismo?».
He hojeado cada uno de los 158 comentarios, y van desde la política a las redes
sociales, desde la división a las pandemias, desde el miedo a la historia. ¿Saben de
qué me di cuenta? Nadie dijo «yo soy».
Mi preocupación es que cuando pensamos que todos los demás son el
problema, entonces es fácil creer que todos los demás son responsables de la
solución. Cuando «ellos» cambien, actúen mejor, sean más cariñosos y tomen mejores
decisiones, entonces el mundo mejorará.
Creo que nos iría mejor si hiciéramos tres cosas.
Primero, reconocer que somos parte del problema: todos somos pecadores,
cortos con los demás, rápidos para ser duros. En segundo lugar, dar gracias a Dios
porque Jesús vino a resolver nuestro mayor problema: nuestros pecados nos separan
de Dios. El pago de Jesús nos devolvió a Dios.
En tercer lugar, reconocer que Dios nos ha puesto en este momento y lugar
exactos en el mundo para difundir su amor. «Ustedes son la luz del mundo. Una
ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Tampoco se enciende
una lámpara y se pone debajo de un cajón, sino sobre el candelero, para que
alumbre a todos los que están en casa. De la misma manera, que la luz de
ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y
glorifiquen a su Padre, que está en los cielos» (Mateo 5:14-16).
Oración:
Eterno Dios, confieso que también yo he pensado que la culpa de todo
problema es cualquiera menos, yo. Te bendigo y agradezco porque por los méritos de
tu Unigénito soy perdonado. Te suplico, me abras los ojos del entendimiento para ver
con claridad mi parte en el problema y cómo soy parte de la solución, por Jesucristo tu
Hijo. Amén.