Por Deb Weakly
Leído por Paola Ajanel
Como seguidora de Cristo, cuando lees la Palabra de Dios, no estás simplemente leyendo palabras en una página; ¡estás interactuando personal y espiritualmente con Jesús mismo! Él es quien te conoce a ti y a tu familia mejor que nadie. Él ve tu situación y tus luchas y sabe lo que necesitas para ser la madre que Él te creó para ser.
Cada día, el Señor nos llama a que nos vayamos con Él y bebamos de Sus palabras de amor. Cuando pasamos tiempo con la Palabra Viva, es decir, Jesús mismo, Él “refresca nuestra alma”, como dice en Salmos 23:3.
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