Por Viviana
Amigas el miedo es un enemigo común que todos enfrentamos en algún momento de nuestras vidas. Como madres, a menudo nos encontramos luchando contra el miedo a lo desconocido, el miedo a fallar y el miedo por el bienestar de nuestros hijos. Sin embargo, nuestra identidad en Cristo nos asegura que no estamos solos en esta batalla.
La palabra de Dios nos recuerda que hemos recibido un espíritu de poder, amor y dominio propio. Este espíritu nos capacita para enfrentar nuestros miedos con valentía y confianza. Cuando nos sentimos abrumadas por el temor, podemos recurrir a las promesas de Dios y encontrar en ellas la fuerza para seguir adelante.
Actividad Práctica: Diario de Miedos y Más
2 Timoteo 1:7 dice, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio".
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