Por Viviana
Proverbios 16:3 dice, "Encomienda al Señor todo lo que hagas, y tus planes se concretarán".
¿Cómo podemos convertir nuestros sueños en un plan tangible?
1. Define tus metas: ¡Sé específico! En lugar de decir “Quiero que mis hijos tengan éxito”, intenta decir “Quiero crear un hogar donde mis hijos se sientan amados, valorados y animados a perseguir sus pasiones”.
2. Busca la guía de Dios: Pasa tiempo en oración, pidiéndole a Dios sabiduría, dirección y recursos.
3. Divide tus metas: Las metas grandes pueden resultar abrumadoras. Divídelas en pasos más pequeños y manejables.
4. Actúa: Comienza de a poco y celebra cada victoria en el camino.
5. Sé flexible: La vida nos presenta sorpresas. Debes estar dispuesto a ajustar tus planes según sea necesario y confiar en que Dios sigue teniendo el control.
Actividad en casa:
1. Toma un cuaderno o diario y un bolígrafo.
2. Respira profundamente unas cuantas veces para centrarte y aquietar tu mente.
3. Reflexiona sobre estas preguntas:
¿Cuáles son mis dones y talentos únicos?
¿Qué me brinda alegría y satisfacción?
¿Cuáles son mis anhelos más profundos para mi vida y mi familia?
¿Cuáles son mis mayores temores y ansiedades como madre?
¿Cómo puedo usar mi fe para superar estos desafíos?
4. Escribe en un diario tus reflexiones. No te preocupes por la gramática o por las oraciones perfectas. Simplemente deja que tus pensamientos fluyan libremente en la página.
5. Pasa unos momentos en oración silenciosa, pidiéndole a Dios que revele sus deseos para tu vida y que te dé el coraje y la sabiduría para perseguirlos.
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