2 Timoteo 1:8-9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
En 2 Timoteo 1: 8-9, Pablo habla 4 palabras específicas sobre la vida de Timoteo; cuatro palabras que creemos también son aplicables a nosotros. Él dice: Dios nos ha salvado. Él nos ha llamado. Él nos ha dado propósito. Y él nos ha agraciado. Él nos ha salvado y nos ha llamado con un llamado santo, no de acuerdo con nuestras propias obras, sino de acuerdo con su propio propósito, a través de la gracia del Señor Jesucristo. Salvado. Llamado. Con propósito. Con gracia.
Entre la salvación y la gracia de Dios, está el llamado y el propósito de Dios. Llamado es lo que tienes en tu mano. Es lo que haces. El propósito es lo que tienes en tu corazón. Es lo que amas.