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Habia una vez un rey que era temido por todos en el reino. Este rey se habia vuelto soberbio al ver como tenia todo el poder acumulado en el. El rey habia heredado a muy temprana edad el reino, cuando su padre habia muerto y siempre considero que el reino simplemente estaba alli para satisfacer sus deseos. 

Cruel y despiadado, el rey tomaba la vida de otros sin preguntarse que mal podia estar causando. Ademas tomaba las propiedades de sus subditos cuando las deseaba, sin contemplamiento alguno. 

Un dia salió a pasear por el campo cuando se acerco a una pequeña huerta que era atendida por un anciano de mucha edad. El rey vio como el anciano, pese a su edad se encontraba arando la tierra y sembrando.  Curioso se acerco al anciano y le se presento asi

Anciano. Detente inmediatamente en lo que estes haciendo y arrodillate ante mi porque yo soy tu rey y debes mostrar respeto. 

El anciano que tenia en sus manos uno cuantos semillas de mango  que estaba sembrando, lo miro y haciendo una suave venia le dijo. 

Su majestad veo que usted esta recorriendo mis tierras y lo unico que puedo ofrecerle es la humilde cosecha de mis arboles de mango, si usted quiere le puedo dar de comer uno de los mangos maduros. 

El rey un poco contrariado por la poca pleitesía que el anciano le ofrecia, simplemente acepto curioso uno de los mangos. Al morderlo sintio el dulce de aquel mango y no pudo evitar decir. 

Realmente esta delicioso, muchas gracias. Y luego le dijo. Anciano puedo hacerle una pregunta. Cuantos años tiene. 

El viejo sonrio y le dijo. Yo tengo 90 años su majestad. 

90 años, respondio el rey. Eres ya muy viejo para estar plantando un arbol de mangos. Realmente puedes estar a punto de morir y todo ese esfuerzo será en vano. Debes saber que un arbol de mango puede tardar hasta 8 años antes de dar los primeros frutos y para ello ya estaras muerto. 

El viejo solamente sonrio de nuevo y con vos suave le dijo al rey. 

Su majestad, digame tiene usted hijos. 

Si claro tengo dos hijos, que algun dia heredaran mi reino como yo herede el reino de mi padre y el de mi abuelo. 

 

 

Pues debo decirle su majestad que . Esos deliciosos mangos que has comido vinieron de los árboles que mi abuelo plantó para mi padre y para mí.  Y alli puede ver los arboles que han estado creciendo que fueron plantados por mi padre y que mis hijos y yo hemos podido disfrutar. 

Ahora estoy plantando las semillas de las  plantas de mango, cuyos frutos serán disfrutados por mi hijo y mis nietos mucho después de que me haya ido". Recuerde su majestad que todo lo que usted siembre sera recogido y por sus hijos y nietos. Lo bueno y lo malo. 

El rey miro el anciano y le dio las gracias bastante perturbado de ver como aquel anciano le habia abierto los ojos y el alma a una realidad que nunca habia considerado.  A partir de ese día, el rey que todo lo tenía siempre se preocupó por otras personas, especialmente por sus súbditos. Hizo todo lo que estuvo a su alcance para hacer felices a los demás y fue muy querido por su pueblo hasta el final de sus días.

Y cuenta la historia que sus hijos heredaron el reino y fueron queridos por todos en el reino.