Recientemente se hizo muy viral el tema de cómo en Hollywood hay un hueco de cincuentones que aparentan su edad (todos se ven más jóvenes porque bótox, ácido hialurónico, plasma, hilos tensores, fibroblastos, luz pulsada, láser, you name it). La realidad es que no sólo los famosos, ¡nadie queremos envejecer! Pero como dice Juan Gabriel: "El tiempo pasa y él nunca perdona". ¿Cómo podemos aceptar más amorosamente el paso del tiempo que se visibiliza en arrugas, líneas, canas, panza y calvicie? ¿Qué consejos nos dan los kabbalistas? ¿Importa mucho el cascarón o sólo es requisito? ¿Cuándo sí deberíamos aplicar la plancha y el cuchillo? ¿Es la vanidad nuestro pecado favorito y no nos hemos dado cuenta? Acompáñanos a descubrir cuál es la clave para valorar –pero no extrañar– "la juventud, divino tesoro".