Mateo 17, 20: Porque ustedes tienen poca fe, les dijo. Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: «Trasládate de aquí a allá», y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes.
Marcos 4, 30-32: También decía: ¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra.
Marcos 4, 14-20: El sembrador siembra la Palabra. Los que están al borde del camino, son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos. Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa. Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno.
Un grano de mostaza es tan pequeño (se ve tan insignificante como un grano pequeño de arena), que por su apariencia nunca sospecharías que una gran planta con ramas grandes podría brotar de ella.
Una hostia también es pequeña, insignificante y parece nada, sin embargo, en ese pequeño trozo insignificante de pan está contenido Dios Todopoderoso cuando es consagrado. Debido a que este Misterio es tan grande, Cristo plenamente presente, Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en una pequeña Hostia insignificante, nuestra mente humana no puede captar tal milagro de Dios sin Su gracia. Dios constantemente nos muestra que Sus caminos no son nuestros caminos.
Jesús nos ha estado llamando su "grano de mostaza" durante años. Esto no es sólo una agradable expresión de nuestro Señor, sino que contiene un gran misterio para nosotros, y también contiene la manera en que llegaremos a ser transformados en las hostias vivas de Dios. Por lo tanto, necesitamos profundizar en su significado para descubrir lo que el Corazón de Dios realmente nos dice y desea de nosotros.
Dos palabras clave:
"El Señor quiere revelar su gloria tomando nuestra nada y nuestra insignificancia y convirtiéndola en algo majestuoso por la fuerza pura de su amor" (Magnificat 11º domingo del tiempo ordinario 17/06/18)
El Camino de la Cruz nos lleva a conocer nuestra NADA. Cuando vivimos en nuestras heridas infectadas, creyendo en las mentiras de Satanás y viviendo en desorden, vivimos una identidad falsa, alguien que no somos. Nuestra naturaleza caída quiere ser importante, vista, escuchada, poderosa y significativa. Sin embargo, el Camino de la Cruz nos lleva a descubrir la verdad acerca de nosotros mismos y de Dios: somos nada y Dios es TODO; somos insignificantes y Dios es Significativo.
Espíritu de Pobreza, Camino Sencillo, p. 303, #110
Nosotros, Amor Crucificado, somos el grano de mostaza de Dios, pequeño, nada, insignificante, y en nuestra nada está oculto el poder de...