Lee Hee-ah, de Corea del Sur nació con deformaciones en sus dos manos y sus piernas no pasan de sus
rodillas, sin embargo, eso no la ha detenido de desarrollarse en el mundo del arte. Con solo cuatro dedos, dos en cada mano, Lee toca el piano cual virtuosa. Su condición no le ha impedido presentarse ante multitudes que disfrutan de su talento y su historia inspira a miles de personas. Se convirtió en una excelente intérprete del piano gracias a su tenacidad y disciplina practicando 10 horas diarias hasta que perfeccionó el arte. Su esfuerzo y fe en sí misma, con la ayuda de sus seres queridos, la han
posicionado en lugares privilegiados que ha aprovechado para hacer conciencia sobre la inclusión de personas con capacidades diferentes. ¿Cómo la historia de Lee nos puede inspirar? Muchas veces podemos pasar por alto los milagros que tenemos en la vida, lo afortunados que somos, solo tenemos que tener fe en nosotros mismos, creernos capaces de lograr nuestras metas y alcanzar nuestros
objetivos. Dios lo dijo: esfuérzate y se valiente y yo estaré contigo a donde quiera que vayas.
