Una de las constantes del gasto militar es su dispersión y ocultamiento en múltiples partidas, muchas opacas y fuera de los Presupuestos Generales del Estado, lo que hace más complicada su detección y control. La cifra es brutal, pero se incrementa más del 2% del PIB, si se cuenta el gasto militar oculto en diversas dotaciones ajenas al Ministerio de Defensa que se esconden en los presupuestos y que alcanzan a 10 ministerios de los existentes, a las clases pasivas y a organismos autónomos, así como a otros entes públicos. Por Juan Carlos Rois