Médium es un relato de corte ocultista de Pío Baroja. El que su autor sea uno de los mejores retratistas de la más cruda realidad nos indica lo extendidas que estaban estas creencias en la España del fin de siglo.
El narrador cuenta una experiencia infantil que marcó toda su vida: la constatación de que un espíritu ajeno puede habitar el propio cuerpo. El relato de dicha experiencia está, no obstante, enmarcado por dos referencias a la posible locura del narrador, locura negada por él insistentemente, pero que, de ser aceptada, explicaría esos hechos paranormales como fruto de una imaginación enfermiza. Pero ese estado patológico podía ser también la consecuencia del trauma producido por esos sucesos paranormales: el hecho es que, al comenzar a contar su experiencia infantil, la mente del narrador se vuelve lúcida, narrando con perfecta trabazón lógica y sin titubeo alguno. El lector, o el escuchante, se encuentra así frente a una ambigüedad en lo que respecta a la cuestión de la locura —y, en consecuencia, a la veracidad de los hechos narrados.