La popularidad duradera de Monroe está vinculada a su imagen pública conflictiva. Por un lado, sigue siendo un símbolo sexual, un icono de la belleza y una de las estrellas más famosas del Cine clásico de Hollywood. Por otro, también es recordada por su convulsa vida privada, su inestable infancia, la lucha por el respeto profesional, así como su muerte y las teorías conspirativas que la rodearon. Ha sido escrita por académicos y periodistas interesados en el género y el feminismo; estos escritores incluyen Gloria Steinem, Jacqueline Rose, Molly Haskell, Sarah Churchwell, y Lois Banner. Algunos, como Steinem, la han visto como una víctima del sistema de estudio. Otros, como Haskell, Rose, y Churchwell, han enfatizado en cambio el papel proactivo de Monroe en su carrera y su participación en la creación de su personalidad pública.